lunes, 19 de noviembre de 2007

Demolición

Voy a proceder a abandonar el blog. Los motivos son claros: No me puedo ocupar demasiado de él. Pero este periodo anti-blog (porque confío en volver) me servirá para dedicarme a tres cosas improtantes y casi únicas en mi vida: música (me voy con la música a otra parte), deporte (quienes observeis mi foto podeis daros cuenta de que soy un saltador) y el estudio (aunque no sea una afición, nunca viene mal).
Por lo tanto, os leeré a todos mis conocidos, pero no os dejaré ningún mensaje.
Sin más, en tres días pasará la máquina a retirar los escombros.

Un afectuoso saludo.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Desintoxicación psicológica

SOY EL MÁS LOCO DE LOS CUERDOS: YO SOY MI PROPIO PSICÓLOGO.

martes, 13 de noviembre de 2007

Los grilletes de la guerra

Miro por mi ventana de Johari, recordando lo que Segismundo Freud había dicho. No hallo nada que me anime a pensar que soy una persona normal. Creo que, realmente, ni yo me conozco ni los demás lo hacen. Me miro en el espejo, y veo a un joven aquejado, según los quisquillosos psicólogos argentinos, del síndrome de Estocolmo y del complejo de Epiceno. No se complementaban. Ni siquiera se aproximaban a la verdad. En mi única vez secuestrado, viaje a Camboya, apenas tuve contacto con mis secuestradores. Jamás he sentido el irrefrenable deseo de matar a mi padre; tampoco me vuelve loco mi madre. Lo único que había hecho había sido era aparentar un estado neurótico para no tener que rendir cuentas al ejército. En aquel 1978, la mili todavía era obligatoria.
Pasé gran parte de mi vida en un sanatorio, atado de pies y manos, sin posibilidad de salir a dar un paseo. Era un loco incomprendido. Aquel vivaracho joven, con la ilusión de ser banquero, cuando se sentaba en uno de los últimos bancos de la escuela, se había transformado en un licántropo solitario. Tanto tiempo me estaba causando irreversibles estragos... De ser el tipo más cuerdo, había pasado a ser el más loco.
Definitivamente, era el arte militar el verdugo que había encerrado mi felicidad entre cuatro paredes. Algún día probaría el sabor de la "vendetta". Mi mayor esperanza era el cielo, no podía permitir torturarme, injustamente, en el infierno. Ya que Dios había muerto con Nietzsche, podía tomarme la justicia por mi mano, ya que Nietzsche había muerto por la gracia de Dios, podía asistir al cielo.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Genocidios moderados

Innegable es, por todo ser humano, que el poder de la humanidad pende y depende del fino hilo que sostienen las manos de unos pocos. Pero no son los que tienen el poder los más poderosos. La mente, y no el perro, es el mejor amigo del hombre; mente hiperdesarrollada por algunas razas. Mentes como la de Julio César, Carlomagno, Napoléon, entre otros. Mentes que fraguándose, consiguieron ser más poderosas que las demás, mentes más capacitadas, que consiguieron más éxito que las demás...
Años más tarde, no demasiado lejos de nuestra actualidad, la, posiblemente, mente más cualificada era la judía, pero se toparon con el discutido superdotado Hitler, que, miedoso del poder de esta raza, prefirió exterminarla. No creo que Hitler fuera un fantoche e incoherente, sinceramente, creo que el choque entre mentes inteligentes, produjo el exterminio. Y siempre gana el más rápido.

Engatusado por el miedo


Sus rancios dientes chapados en oro,
su siniestra mirada de dócil preso,
su mente, su más preciado tesoro,
helaban mis apolillados huesos.

Su vida carcomida por las plagas,
su pérfido andar anti-gravedad,
su pose raquítica de almas vagas,
me hacían odiar toda la verdad.

Sus periplos, su magia, sus sirenas,
su barriada, nostalgias de mañanas,
su arcaica fábula de Luna Llena,

y su crápula sonrisa, y sus nanas;
sentía miedo de su sagaz hastío,
sólo por eso, me cargué al judío.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Cantar de gesta del siglo XXI

Últimamente he cambiado bastante mis hábitos lectores. Antes, sólo me gustaba leer la típica novela seria y a ser posible contemporánea. Pero siempre he tenido el resquemor de que apenas me interesaba por la historia pasada, suerte que llegó a mis manos "El cantar del Mío Cid" para plantearme la solución. Después de haberme aburrido en un pasado con grandes clásicos como "El Quijote" o el "Lazarillo de Tormes" tan bien ambientado en mi ciudad, no pensaba que mi aún pequeña madurez fuera a cambiar mi forma de ver la literatura medieval. Pero resulta que el problema no era que lo antiguo fuera soporífera, el problema es que no había sabido entender y relaccionarlo con el presente.
Finalmente, me he aficionado en gran medida a los Cantares de Gesta, y, harto de sonetos, me voy a dignar a cambiar mi estilo bruscamente. Aquí va mi primer cantar de gesta.

El héroe del siglo XXI

Cien millares de juglares / que levantaban las manos
Hoy mismo las han bajado / para ir cediendo paso
Al "héroe" del presente / y olvidando el intemporal
Que tantas hazañas hizo / y se apolilló en el veinte
Agarrado con firmeza / al brazo del gran Delibes,
Corrigiendo con su pluma / lo que creía errores
De un insípido pasado /difuminado en el viento.

El "héroe" de mi siglo / ni es apuesto ni es valiente,
No gasta brillante espada / que blande con viva furia,
ni va arrancando cabezas / de moros y pecadores,
ni cabalga un Rocinante / acosado por las moscas.
Mi "héroe" es más bien sencillo / amén de evitar miradas,
las calzas son para dormir / después de larga jornada
sentado en una oficina / y colgado al teléfono,
soportando a su dictador / empeñado en llamar jefe.
Mi héroe no es manchego / ni cualquier castizo andaluz,
es un alma vagabunda / de obsceno corte apátrido
secuestrado de sus sueños / por el portalillo de atrás.

Espero opiniones.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Cualquier tiempo pasado fue mejor

Anoche, viendo la tele, o, más bien, haciendo zapping, por la imposibilidad de posarme en una cadena con una programación decentemente interesante, decidí dejar de pulsar botones, quizá por agotamiento en Telecinco. Ponían un programa llamado "La noria", que, en esos momentos, me pareció bastante interesante. Estaba rememorando tiempos pasados, concretamente, el borroso año 65 (que, a mí, me queda bastante lejos). Tiempos de apertura franquista (no entremos en política, que ya sabemos lo que pasa), la televisión asentada en bastantes hogares, los Beatles venían a España... y a mí se me caía la baba (dudo que de sueño o del pincho de jeta, que, semiobligado, había tomado antes con los amigos). Creo que se me caía la baba por recordar aquellos tiempos que no he vivido y desgraciadamente no viviré. Veía a los Beatles, a los Rolling, y pensaba: "Esto es música", no la bazofia enlatada que nos venden ahora. Veía el "Un, dos tres" y murmuraba: "¿Y resulta que a "Saber y Ganar" lo ponen de programa 10?". También estaban presentes "las Tacañoñas" (creo que se llamaban así) que me hicieron mucha gracia. ¿Y quién me hace gracia hoy en día? Ni el mejor monologuista... Reconozco que soy de risa difícil, pero lo que es el mundo hoy en día, tan cómodo, no es lo que era. Ante lo que se dice, no se vivía peor antaño, más bien, se vive peor ahora: La felicidad (olvidando temas políticos), la esperanza para poder mejorar, el renove que supuso la sociedad esos años, el bienestar que producía vivir... Ahora suicidio, asesinato, estrés, prisas... por todos lados.
¿Seguro que lo mejor era evolucionar? La verdad que espero que la vida de hoy en día cambie e intente asemejarse a lo que fueron esas cuatro décadas prodigiosas de los 60 a los 90. Porque echar el ancla al presente, no puede ser bueno. Y así como vuelven las modas de vestimenta, también pueden volver las de estilos de vida.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Parte de defunción


Por primera vez, voy a ser comercial, pero no conmigo mismo (ya me tocará) sino con un buen amigo, y, además, un muy buen cantante. Se llama Santi Pérez, del que, por cierto, ya tenéis un vídeo con una canción del mismísimo Javier Krahe interpretada por él. Joven, lo es, cantautor, también, pega con ese prototipo de Sabina que tanto nos enamoró. "Parte de defunción" es su nuevo disco en directo, en él se incluirán canciones de su maqueta "Ética para un cabrón", que os animo a descargar gratuitamente, algún tema inédito, colaboraciones con otros artistas, improvisaciones... Por supuesto podéis asistir a verlo en la sala La Fontana, en el distrito Carabanchel-Vistalegre, línea de metro 5, parada Vistalegre, calle General Ricardos 218 (fecha y hora por confirmar). Madrileños, os animo a ir a verle. No os dejéis engañar por el título del disco, porque viene con más ganas que nunca. También tenéis su dirección de blog por ahí puesta.
Os dejó un pedacito de un de sus letras:

Y no esperaba Pascual

que su diarrea verbal

tras un inmenso delirio

una nota de suicidio

empezó a redactar,

y tras una charla de ética

le vino su tragedia más tetrica

despues de mil daikiris

se hizó el "harakiri"

sin dar ninguna explicación,

no dejó de ser

una esquela más del diario,

y hasta su ex-mujer

vomitó en la tela del sudario.

La canción os resultará bastante tétrica, pero es muy buena.

martes, 30 de octubre de 2007

Buenos propósitos

Se nos avecina un nuevo mes, nuevas sensaciones, nuevos momentos... Como dijo da Vinci, vamos a sacudir las telarañas de nuestra cabeza, y vamos a convertir los pequeños propósitos ("este mes dejo de fumar", "voy a empezar a hacer deporte"...) en grandes realidades. Ya lo dice el refrán, "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". ¿Y qué mejor mes que el frío noviembre para plantearse cambiar de aires? El fresquito nos despeja mente y clarifica nuestras ideas. Luego, en casa, con la calefacción o la chimenea (para los que, de vez en cuando, podemos disfrutar de ella), ya se reblandecerán por sí solas. Los y las (porque he de reconocer que en general me leéis mujeres, a las que os estoy cogiendo un cariño especial, sin generalizar) sabéis que a pesar de mi corta edad (y creo que aún no la he revelado, pero seguiré sin desvelarla, si alguien quiere cavilar sobre ella, tiene mi permiso) me gusta mucho la poesía, en especial sonetos. Y como acostumbro, escribiré uno sencillito (que tengo poco tiempo). Se lo voy a dedicar a todos mis lectores que me siguen frecuentemente (y a los que no). Para todos vosotros.

Noviembre sin en el anonimato

Jueves, no tejas telas de almohada
ni arrojes todo tu ajuar por el cielo,
recambia simplemente la mirada
o córtate ya de una vez el pelo*

Jueves, viene la vida y su tabú
frío, diría gélido; no llores,
no seas de imitación, eres tú,
jueves, difunto mío, traigo flores.

Jueves, empezando por un principio,
¿por qué alguien tuvo que inventar el fin?
¿no puede ser noviembre un vulgar ripio?

Para banal tu vida sin hollín,
insustancial, ¿puede ser este trato?
Un noviembre sin el anonimato.

* Un propósito muy español.

Deja tu huella en este noviembre, seguro que todo cambio será para bien.

domingo, 28 de octubre de 2007

La violencia

Ya desde tiempos inmemoriales ha existido la violencia en el mundo humano: Caín mató a Abel, las guerras, el terrorismo... son aspectos que han convivido o conviven (y probablemente convivirán) con el ser humano. Nadie puede negarse a aceptar que por sus venas y arterias corren sangre, adrenalina y violencia. De haber alguien así, yo, personalmente, no podría calificarle como humano, porque el uso de la fuerza bruta es un rasgo caracterizador. En definitiva, somos el único animal que saca partido a la violencia de manera no provechosa, sino aprovechada. Con esto quiero decir (expondré un ejemplo, que siempre se entienden mejor): un león no mata a su presa por puro divertimento, sino para poder alimentarse, en cambio el hombre sí que lo hace como lo que podríamos calificar de ocio.
Hace pocos días ha salido a la luz un vídeo de una cámara de seguridad del metro de Barcelona. En ella se veía como un joven (incluso me atrevería a decir, por vestimentas, formas de actuar y peinado, un pronazi) agredía a una joven sudamericana mascullando unas palabras, que según los lectores de labios significaban algo como: "Sudaca de mierda, yo le corté la cabeza a Mohamed, todos los iguales como tú no deberíais estar aquí". Parece que el chico estaba algo pasado de alcohol, pero no era la primera vez que lo hacía. Discrepo. Estudiando la escena creo que dijo algo como: "Sudaca de mierda, te voy a matar como hice con Mohamed, vete a tu país de mierda a robarle el trabajo a los putos simios como tú". Tachado muy correctamente de racismo. Pero el racismo existe desde hace muchos años, ¿y por qué combatirlo ahora? Era una labor de hace varios años. Los grupos, pronazis, skinheads... deberían ser borrados del mapa. ¿Pero qué me dicen de Latin Kings, Ñetas...? ¿No sería racismo las acciones que perpetran contra ciudadanos españoles?
A mí, personalmente, me parece que la prensa que se le está dando es excesiva. Lo más facil es enviar al tal Sergi Xavier a la cárcel, y que se pudra en un calabozo. Difundir las imágenes, no sólo supone un alto riesgo para el chico, sino que también terminará con un choque entre hispanos y españoles (¿Tercera Guerra Mundial?). Así, también me gustaría añadir, que hace no mucho un taxista inmigrante fue matado, y la noticia se perdió, un chico murió al intentar defender a una chica en el metro y no se ha vuelto a hablar de ello... Así numerosos sucesos de los que apenas se hace prensa. ¿Por qué de este sí? Demasiado poder de la imagen...

martes, 23 de octubre de 2007

Porque la vida es egregia

Felicitaba hoy un cumpléaños con la típica frase: "Que cumplas muchos más". "Esperemos que no" me contestó. ¿Cómo? ¿Acaso no tienes esa ilusión de vivir? Creo que la concepción de la vida como un valle de lágrimas se terminó allá por el medievo. Para todos aquellos que rehusan de cumplir años, que no disfrutan de la vida, y que creen que envejecer es un punto de partida hacia la imperfección (y de hecho lo es, pero física, la menos importante) va dedicado este soneto.

Porque la vida es egregia


Tampoco estaría tan mal la vida
como un esperpento de Valle-Inclán,
distorsionando realidad temida
no sería el mundo tan talibán...

Fuese hoy frío "Martes de Carnaval"
espantando la insipidez del hombre
con máscara de mártir monacal:
la vida no se creó para el pobre.

Pobre de espíritu, aventurándome
que a veces fallece susurrándome
una frase indolente y general.

No me esboces esas falsas sonrisas
que mueren en la costa con la brisa,
porque viviendo no se está tan mal.

domingo, 21 de octubre de 2007

Poción de brujas

Parece que hoy empieza a hacer un poco más de frío. El invierno (aunque estemos en otoño) se nos echa encima, así que habrá que darle la bienvenida.

Poción de brujas

Carne de cadáver y trapisonda,
bailando sobre el mar Mediterráneo
que silba su poesía en cada onda
y arranca los pensamientos del cráneo.

Vísceras de cabra y arrinconado,
cantando en cada rama del nogal
a Napoleón, un verso robado
de la raya de su mundo transversal.

Zapatilla y traje de ejecutivo,
tirando el tafilete por visón
a vivos de las llamas del infierno.

Remiendos de corazón, flecha de Ivo,
y por la ventana su acordeón
dándole la bienvenida al invierno.

jueves, 18 de octubre de 2007

La máquina que cambió el mundo

Se ha hablado mucho de la imprenta de Gutemberg, la sembradora de Jethro Tull (a muchos les sonará, pero musicalmente hablando, uno de los mejores grupos de la historia), la máquina de vapor de Watt, la lanzadera volante de John Kay (una gran innovación en el mundo textil), las cámaras de fotos de Charles y Vincent Chevalier, usada por primera vez por Joseph-Nicéphore Niépce, la televisión de ¿Paul Nipkow? y el ordenador de ¿Howard Aiken? (mucho jugo tiene este tema de los ordenadores, porque es su inventor es casi desconocido). Y un invento muy curioso, sin el que, yo creo, nuestras vidas serían mucho más difíciles, como es el retrete, inventado a finales del siglo XVI por el británico John Harrington.
¿Pero cuál ha sido el invento que cambió el mundo? Parece ser que ninguno de estos ha cambiado el mundo en una gran medida. Podríamos vivir sin ellos. Pero es otro invento, bastante reciente (puede resultar irónico), como es el coche. El coche, algo que nos parece tan normal, ha cambiado bastante el funcionar de esta nuestra sociedad (plagiando estructuras oracionales soy un semi-dios, ¿eh?). De hecho hay una novela con el mismo título de este "articulillo". Ha cambiado todo, para bien y para mal:
- Desde el ámbito económico, encareciendo el precio del petróleo y a su vez el del transporte, que indirectamente ha aumentado el precio de ciertos productos. A su vez, los impuestos han aumentado debido al pago de ciertas infraestructuras y motivos de seguridad. En cuanto a lo positivo, el comercio se desarrolla en gran medida, y ha ayudado mucho al desarrollo del comercio interior. Ha ayudado a crear puestos de empleo notables y es uno de los sectores pioneros en la libre competencia.
- Desde el ámbito social, ha sido una de las mayores cosas que ha influído en la personalidad, seriedad y éxito de una persona. Digamos que es un medio para crear una u otra personalidad. Sin embargo, esto se cobra muchas vidas en las carreteras. En ciertas guerras, el coche ha sido una gran ayuda (de esto dudo su validez o maldad).
En conclusión, es bastante posible que el coche sea el invento más influyente en la persona, y sin el que posiblemente no podríamos vivir.

sábado, 13 de octubre de 2007

Fusilando a la bandera


Creo que ya ha llegado a todos nuestros oídos la maravillosa idea de nuestro presidente de quitar toda bandera o icono relaccionado con España. ¿Entonces como voy a recordar yo todos los días, cada vez que mire a la Plaza de España, en qué país vivo? Critiquemos.

Fusilando a la bandera


Sopla el huracán dirección Azores,
se lleva por delante las banderas
que fueron destiñendo sus colores,
y ríe un presidente de madera...

Se ha comido las migas del camino
que tiró el gualda con su hermana "Gretel",

lo abandonó en las aspas del molino
y se olvidó el amarillo en el Lete.

No queda más que un mástil oxidado,
da lugar al mísero desconcierto:
la anarquía quema fotos del rey


Los votantes, creo yo, han sido drogados,

miedosos de carabina de tuerto.

Jodiendo de malos modos la ley...

viernes, 12 de octubre de 2007

Ex-narradores

"El Narrador"

Ya lo dijo Walter Benjamin hacia 1930: "Cada vez es más raro encontrar a alguien que sepa contar algo bien, la causa de este fenómeno es evidente: la experiencia está en trance de desaparecer."
¿Y dónde está esa experiencia? Encerrada en los asilos o viviendo sola. Y mientras tanto, el hombre, ese animal narrador, va perdiendo esa facultad por la que siempre se había caracterizado en el mundo animal, y somos incapaces de narrar cualquier hecho. Y peor es, que ya no nos interesa escuchar las historias, ahora sólo hablamos, y lo peor, muchas veces sin saber.
Todavía recuerdo las historias de mi abuelo (en paz descanse), cuando las escuchaba con una pasmosa atención, no me gustaba perder detalle, porque me parecía muy interesante todo lo que sabía. Hoy en día veo a mi prima de diez años (la pongo como ejemplo cercano) y es incapaz de escuchar una historia de mi abuela (y no es que mi abuela no las sepa contar, de vez en cuando a mí me gusta parar a escucharla...). Me veo a mi abuela soltando sus palabras para que se pierdan en la atmósfera (quizá, recemos por que lleguen a la exosfera y no se pierdan en el espacio sin que nadie las escuche). Y la juventud, como no (y es mi generación, y cada día me encuentro más desencantado con ella, porque encuentro más defectos que virtudes), con el mando de la tele de la mano, la PSP (ya se quedaron atrás las Game Boys que tanto me fascinaron cuando salieron sin un ápice de color.)...
A mí, como joven, no influyente, y creo que eso es mucho mejor, para que se vea que soy un hombre de la calle, me gustaría animar a todo el mundo a escuchar las "batallitas" de los abuelos, que no son unos "carcas" y se pueden descubrir muchas cosas. Y también es algo para fijarse en cómo narran, siempre se puede aprender.

lunes, 8 de octubre de 2007

Los misterios del verbo continuar

Miré por la ventana, alguna nube aislada pasaba por el incansable cielo, pero no parecía amenazar lluvia alguna, así que decidí salir en mangas de camisa. Agarré el maletín, giré el pomo y salí corriendo por las escaleras. Al llegar abajo le pedí al botones que me sacara el coche (esta vez no le di propina, no es que sea un áspero tiñoso, pero no siempre hay que estar soltando la guita).
Salí pitando de allí, pero, qué poco sorpresivo, había atasco en Joaquín Costa. No fue muy prolongado, pero sí lo suficiente para perder cinco valiosos minutos.
Llegué a Barajas y pensé: "¿Y a que hora tenía que estar yo aquí? ¿En qué terminal? (y como dice la canción "Marieta" de Krahe, "y yo allí con mi maletín como un gilipollas...")". Pero parecía ser que mi pagador era un hombre oportunista y fue en ese momento cuando sonó el teléfono. Contesté con un amistoso: "Dime", no había mirado siquiera quién era, pero era tan fácil de imaginar... tan fácil que no me equivocaba. Simplemente me dijo "Entrada de la T4 en ocho minutos". Soy un hombre que aprende de los errores, me abstuve de darle conversación inútil. Salí del coche y me fui a la entrada de la T4, que, casualmente, no quedaba demasiado lejos. Pero... ¿qué hacía yo allí? ¿Esperaba a alguien? ¿No? Esperaba que sonara el teléfono, pero esta vez no lo hizo, así que me quedé allí plantado, con mi estatura sobresaliente del resto, así que me agaché un poco para no destacar.
Después de esperar un rato, estaba ganando la paciencia que siempre me había faltado, un hombre de pequeña estatura, delgado, bigote, sombrero de hongo, chaqueta oscura... un "dandy" en toda regla. No me dijo nada, por lo que supuse que yo tampoco tenía que decirle nada, me entregó un papel en el que ponía: "Jamás estuviste aquí, vuelve a casa". ¿Pero de qué iba esto? ¿Me estaban tomando el pelo o me estaba volviendo loco?
Como ya no sabía qué pensar, ni siquiera sabía si me acordaba de cómo se pensaba o de qué era ese magnífico verbo, volví al hotel. Al llegar había una pintada en la puerta de mi habitación: "GO OUT!" y todo revuelto por dentro. Parecía que alguien me estaba buscando, y por sus formas de dármelo a entender no parecía demasiado educado, y posiblemente tampoco español. Me quedaba la opción de regresar a casa, y ante la duda, lo hice.
La casa volvía a tener puerta, ¿yo la había puesto? No lo recordaba, ni tampoco recordaba haber estado ebrio de licores... Entré, y mi cara era digna de admiración, todo un poema de Manuel Machado...

Cada uno de estos capítulos, junto a otros más, hasta finalizar la historia, se publicarán en un tiempo. Ya avisaré cuando.

sábado, 6 de octubre de 2007

Pagando mis condenas

La tumba de Johannes Brahms, uno de los maestros de la música


Pagando mis condenas


Cayeron a pedazos mis mentiras
por arte de la manzana de Newton,
sonidos de cadáver cuando expira

y tacto del dilema de tu busto.


Se pudre un corazón entre gusanos
que comen de sentimientos oscuros
y empanan los demenciados profanos,

disfrutan de ventrículos maduros...

Tiro el dado, un seis, ha huído la suerte,
se pierde el horizonte en la marea,

van sin remos, en botella, mis penas...


Mi litigio, el idilio ante la muerte,
me encuentro en los brazos de Melibea
pagando en efectivo mis condenas.

Volviendo a continuar

Aquella noche no podía dormir allí, ni mucho menos, así que decidí coger los objetos más valiosos que encontré por la casa, hice la maleta (pues no esperaba regresar en un tiempo) y me puse pies en polvorosa (provincia de Zamora).
Resultaba curioso verme por la calle trajeado con un elegante maletín de la mano izquierda y una maleta de mano granate en la otra. Para que nadie pudiera sospechar, o intentar robarme, me decidí a no coger el metro esta vez. Agarré el Ibiza rojo y me arranqué sin apenas soltar el embrague. Mi destino estaba claro, aquel hotel de Bravo Murillo del que tan bien hablaban unos, y tan mal otros, ¿por qué no dar yo mi opinión? Conducía... conducía..., el paseo se me hacía interminable. No mucho más tarde ya estaba a la puerta; no mucho más tarde, pues miré mi reloj y apenas habían pasado quince minutos. Y mi reloj no se suele equivocar. Me bajé del coche aparcado en doble fila y entré en el hotel bajo las reverencias del botones del hotel. No me gustaba ese trato, así que le dije: "Apárqueme el coche" (previa propina). Botones ahuyentado, me dirigí hacia la recepción: "Necesito una habitación". La recepcionista, una chica simpática, con la sonrisa de oreja a oreja, aunque tengo que reconocer que no demasiado guapa, me mandó rellenar unos papeles, entregarle el DNI... omitiré todos estos pasos, que todo el que haya ido a un hotel conocerá. En resumen, habitación trescientos doce. Subía en el ascensor con una pareja de alemanes, que a pesar de su cara sonrosada y de buena gente, no me inspiraban confianza. Agarré el maletín y dejé caer la maleta al suelo. ¿Estaba delirando? ¿Me importaban más las pertenencias de otra persona que las mías propias? ¿Qué habría dentro del maletín? Todo esto no me gustaba nada... así que en el primer piso, pulsé el botón de apertura automática de las puertas y decidí subir andando a mi habitación. Afortunadamente, no me crucé con nadie. Llegué a la puerta de mi habitación y la miré fijamente, desafiándola... me dispuse a introducir la tarjeta y... ¡rojo! ¿Rojo? ¡Estas nuevas tecnologías me hartan! Por suerte una señora de la limpieza pasaba por allí... así que me abrió. La habitación era bastanta amplia, con un ventanal grande y buenas vistas, cama con la colcha blanca (posiblemente recién estrenada), cuadros elegantes, televisor en el techo... no estaba mal, no... Me tumbé en la cama y empecé a reflexionar. Fue entonces cuando me sonó el móvil con aquel ruidillo estridente que era incapaz de cambiar. Era aquel tipo. "Tiene que llevar el maletín hasta el aeropuerto de Barajas, no lo olvide, no lo abra, no se lo enseñe a nadie..." No me dio tiempo a saludar, despedirme o proferir algún sonido gutural, fue breve, muy breve... además, parecía muy nervioso.

¿Por qué no continuar otra vez?

jueves, 4 de octubre de 2007

Continuando... que es gerundio

Tras contarme todo, el hombre se dispuso a marcharse, me entregó un maletín, pero esta vez sí que me estrechó la mano, mi primer ademán fue el de retirársela, como ya antes él había hecho, pero decidí guardar mis malos modales para otro momento. Manos estrechadas, empezó a caminar hacia la puerta. Con la puerta entreabierta y medio cuerpo en la calle, se dio la vuelta y me gritó: "No se le ocurra abrir la maleta ni enseñársela a nadie..." ¿Por qué no podría enseñarsela a nadie ni verla? No soy muy de darle vueltas a la cabeza, así que decidí dejar de hacerme preguntas y hacerle caso. Al fin y al cabo el dinero que estaba percibiendo era suyo. Me dispuse a salir con mi maletín en la mano; la camarera me llamó mi atención: "¿Caballero, a dónde cree usted que va?" ¡No me había acordado!, tenía que pagar... así lo hice.
Decidí coger el metro en Puerta del Sol, realmente no es que mi casa, en la calle de Relatores (cerca de Tirso de Molina), quedara muy lejos de allí, pero no me apetecía gastar la suela de los zapatos. Allí en el metro desconfiaba de todo el mundo, desconfiaba del rumano que tocaba el acordeón, de la señora embarazada que llevaba a su hijo en brazos, del ciego que pululaba de un lado a otro... nada era de fiar, la maleta me hacía más escéptico, más subversivo... era como un frío y calculador francotirador. O yo, o yo. Llegué por fin a Tirso de Molina y bajé, salí de la estación, con los ojos puestos en cualquiera que por allí pasara, un inmigrante, me atrevería a decir que hindú, se me quedó mirando, así que me apresuré en marcharme de allí. Mi maleta me estaba haciendo perder el juicio. Por la calle, más de lo mismo, me aferraba a mi maletín, como el niño que se agarra a su osito de peluche para conciliar el sueño, intentando evitar que nadie se lo quite. Pero el tacto del cuero, no me daba ningún cariño, más bien todo lo contrario. Me corroía la intriga, pero a la vez el miedo. ¿Por qué habría aceptado el trato...?
Llegué a mi portal, intentando evitar las miradas indiscretas de mis vecinos, y en especial de la portera, doña Engracia. "Buenos días, doña Engracia, perdone que no me pare, pero tengo un poco de prisa". Me imagino que se quedaría sorprendida, porque siempre suelo pararme a departir con ella y no suelo ir vestido de punta en blanco y con un maletín bajo el brazo. Subí a mi piso, no me fiaba del ascensor, así que opté por darle vida a mis apoltronadas piernas. Pero al llegar a la puerta, descubrí que no había puerta tal y como la conocemos. Sí, el hueco seguía ahí, pero no así la madera... alguien estaba buscando algo...

Seguirá continuando.

martes, 2 de octubre de 2007

Planes irreales

Entré en el bar, emplazado en plena Plaza Mayor de Madrid, aunque quizá por el olor que salía de dentro, no debería ser éste su lugar... camino lentamente entre las mesas casi pegando con sus esquinas y llegué a una mesa situada casi al fondo del local. La mesa no estaba mal, era amplia, aunque tenía al lado un grupo de viejecitas que no paraban de chismorrear. "Pues mi hijo está haciendo el servicio militar en Ceuta" decía una. "¿Qué me dices?" contestaba, asombrada, otra. Y así, un diálogo sin aparente interés del que pronto levanté los oídos. En cuanto a mi mesa, era de mármol, se veía bastante sólida y tenía un aire "manuelino", bastante recargada. Una camarera bastante poco agraciada y con cara de no ser este el trabajo que ella deseaba me preguntó que qué quería. Pedí un café, aunque no muy seguro de ello. Esperaba a mi interlocutor, pero éste no aparecía. Así que comencé a tomar el café sin esperar a su llegada. Me fijé en las paredes, estaban repletas de cuadros, cuadros ajados y posiblemente, sin ser tasador, afirmaría que de escaso valor. La gran mayoría siquiera conjuntaba con el verde pálido y saltado por algunas partes de la pared. Parecía que el local no podía reportarme mucho interés, así que decidí empezar a sorber mi café. Momentos después sonó mi móvil, las viejecitas de al lado me miraron con cara de pocos amigos, pues había interrumpido su conversación. Así que decidí salir fuera a hablar, pero la camarera me echó una mirada de pocos amigos, pensando en que me iría sin pagar, así que contesté al teléfono sin saber quién era con un "Luego te llamo". No pretendía hacerlo. Tan sólo me interesaba su llegada para poder marcharme de aquel antro. El tiempo pasaba, el borracho de tres mesas más allá apuraba una botella de güisqui, las viejecitas seguían con su conversación, y yo... yo seguía esperando... ¡Maldita sea! ¿Dónde se habrá metido este hombre? Fue en ese momento cuando se abrió la puerta y asomó la silueta de un hombre con gabardina, alto, buena percha, barbilampiño... sí, debía de ser ese. Se me acercó y le hice un gesto de estrecharle la mano. No lo aceptó. Se sentó, pidió una copa de coñac y empezó a contarme sus planes. Todo iba a ser sencillo. Según dijo, el trabajo estaría bien pagado, así que no dudé en pedirle que continuara, ese dinero me sería muy útil para mis planes de futuro. No me asustaba el riesgo...

Continuará...

lunes, 1 de octubre de 2007

El libro, la pequeña herejía del siglo XXI

Fotografía tomada el 1-10-2007; Un libro en mi escritorio

Puede que el término herejía sea algo más propio del Antiguo Régimen francés, de Inquisiciones y Galileos..., pero para definir este caso, debo volver a su uso.
Se trata del fenómeno social, y que no para de crecer y extenderse a las nuevas generaciones, de rehuír al papel escrito. Esos papeles numerados por páginas que narran una historia (normalmente interesante, aunque como dice nuestra amiga madrileña, de vez en cuando Camilo José Cela eso se lo pasaba por el forro...) con sus ambientes, personajes, costumbres... ¿Qué han hecho estos escritores a los jóvenes? ¿La palabra es nociva? Como ya comentaba en el corto artículo en que contrastaba una imagen y una palabra, son los medios de comunicación. Problema. En estos tiempos que corren leer un libro no es bueno, te trastorna, cuando siempre había sido lo contrario, si exceptuamos a don Quijote (aunque teniendo en cuenta que es un personaje ficticio, es lógico). Desde Cervantes, pasando por Larra hasta Delibes o incluso más actuales. Siempre el ocio ha sido la lectura. ¿Qué es ahora? La televisión, el botellón (otro tema a debatir, el alcohol en la actualidad...)... ¿Qué ha sido de la cultura? ¿Es que Dios la ha guardado en el cajón de su mesilla y la ha quitado de nuestro alcance? Esto ya es cosa nuestra, de las tecnologías, es demasiado esfuerzo hacer algo sin ayuda de los "ceros y unos". Empezando por el vocabulario, que se debe haber quedado abandonado en una zanja en mitad del campo, pasando por la ortografía y la sintaxis y terminando con la cultura en general. Cultura que de vez en cuando puede proporcionar un libro. Y no me refiero a "Mortadelo y Filemón" (como cómic español) o "Mafalda" (como argentino), aunque el humor de vez en cuando tampoco está de más. Y existe el concepto erróneo de que todos los libros cuentan historias irrelevantes y aburridas, no es así. Un libro cuenta muchas historias, y no todos son iguales. Pasando por la novela policiaca, la amorosa, la de misterio y aventuras... no está tan mal.
Puesto a la práctica, ¿qué pasa cuando dices, "he leído un libro"? La cara de tu oyente puede ser un verdadero "Cristo" y un crisol (refiriéndose a una gran cantidad) de muecas. No se lleva, no. En cambio, si cambias un poco las palabras: "he ido a un botellón". Cambia la categoría de una forma para dejar boquiabierto al menos impresionable. Un libro es una fuente inagotable de cosas por descubrir, y sólo se descubre leyendo, en un botellón, no se aprende lo mismo, e incluso son compatibles. No me refiero a leer en un botellón (porque las condiciones visuales al rato no son muy adecuadas), pero sí alternar (¡no en un club, guarretes!).
Desde aquí comienza la campaña para introducir la lectura de los jóvenes. Y como joven que soy, me pongo como ejemplo de que se puede ser divertido y sociable y leer. La cultura no es mala, ni siquiera puede ser amenazada de guillotina.
Para concluír escribo unos versos:

Era un trozo de papel abandonado
que la suerte ha olvidado en la sombra,
no quería cumplir la casta de "intocable"
pero la escuela no escuchó su legado...

¡A leer!


Visita inesperada

Fotografía tomada el 1-10-2007; Mirando por mi ventana

Esta mañana, no sé por qué, pero me ha dado un ataque de mirar por la ventana. Esta fotografía ilustra lo que se puede ver desde ella. Mis casi recién estrenadas macetas, están sufriendo ya algún que otro efecto del frío y están perdiendo la viveza que traían al comprarlas. Los árboles están empezando a perder sus hojas, y las que aún siguen en pie, no guardan el color verde vivo que se deja ver todos los veranos. La calzada está mojada, al igual que las aceras, y más de un peatón recurre a los paragüas, aunque parezca que de momento el temporal no arrecia. El cielo es todo nubes. Los edificios parecen mucho más señoriales con este clima. Parece que en vez de estar viviendo en Salamanca estuviera viviendo en una ciudad de mucho más prestigio, además de más al Norte. Quizá Santander, Oviedo... Pero esta piedra de Villamayor (así se llama la piedra de aquí) da un toque de elegancia y prestancia, además de una solidez impensable.
Pero es entonces cuando me doy cuenta de algo: tenemos una visita inesperada y, para algunos, bastante inoportuna. Octubre viene a visitarnos. Ya se nos acabó ese mes de septiembre, el mes de las moras, aún descriptible como verano... y llega octubre. ¡Qué mes más triste! Es un mes básicamente otoñal, las hojas se caen, hay abundantes lluvias... no es uno de los meses más queridos, no... Pero llega y nadie lo puede evitar (¡Quién tuviera ese poder!). Aguantaremos con resignación cristiana, mirando por la ventana y viendo lo mismo que veo yo; la alegría casi perdida. ¿Pero por qué eso? La alegría debería permaneces también durante este mes, la apatía es algo que no puede con nuestra mente.
Por eso, seamos felices, que el tiempo no influya sobre nosotros y bienvenido, octubre.

domingo, 30 de septiembre de 2007

¿Una imagen vale más que mil palabras?

Fotografía tomada el 29-9-2007; Folio en blanco en mi escritorio

Me permito el lujo de poner en duda el refrán que he colocado como título. No hay más que fijarse en la fotografía para darse cuenta que el folio sin palabras queda huérfano, como un cielo sin nubes o un tren sin pasajeros.
Simplemente con esto vengo a decir algo que es muy comentado por casi todo el mundo en su edad adulta: la falta de palabras. En dos vertientes, además:
La primera se trata de la gran falta de léxico que muchas veces denotamos cuando nos queremos expresar o intentar ser culto y correctos. Recurrimos a los gestos, a las imágenes.... pero somos incapaces de utilizar la palabra, que es lo que necesitamos para darnos a entender. Somos como un diccionario sin argumentos. Y nuestro oyente puede pensar: "¿Qué me estás contando?". Eso nos pasa demasiadas veces, y nos quejamos, y le ponemos pegas, pero nunca ponemos nada a nuestro favor para remediarlo. No me vale de nada una imagen si no sé describirla y muy a menudo, somos incapaces.
La segunda se trata de la importancia que han ganado los medios de comunicación audiovisuales. Los periódicos y radios que tanta importancia habían ganado, pues eran medios de comunicación eficientes y fiables han subsistido a la imagen. La televisión, el cine, la publicidad... la imagen es "Todopoderosa". Ya casi nadie se digna a leer un buen libro, todo tiene que venir en imágenes. Y es totalmente evidente que una palabra enriquece todo lo que no puede hacerlo una imagen. Es realmente digno de preguntarse: "¿Qué nos ofrece una pantalla que no nos pueda ofrecer un trozo de papel? Si lo pensamos, realmente las ventajas de la pantalla son muy pocas. Y la imaginación, decae mucho. Ya nos dan la imagen hecha, ¿para qué imaginarla? La tele está haciendo mucho daño a la palabra, y no sólo a la palabra, también al castellano.
Desde aquí comienza una cruzada para la conservación del castellano, con sus correciones y así evitar la victoria de la televisión (aunque no pretendo su omisión). También el "lenguaje sms" que tanto daño ha hecho a nuestro idioma.
Un consejo: Camilo José Cela antes que Televisión Española.


sábado, 29 de septiembre de 2007

De tiempos remotos

De tiempos remotos

La peste era un rumor del lar toscano,
Pinochet no militó en Opus Dei,
Frankenstein era un afroamericano
y el mayordomo de "Tenn" no era gay...

Los dinosaurios eran lagartijas
que escupían gasolina a granel,
Fidel Castro tenía cuarenta hijas
que votaron a favor del PP...

Mahoma no se escapó de un manicomnio,
ni Buda vivía en un orfanato
y las canciones no hablaban de amor.

Alemania no hizo uso del expolio,
la Segunda fue una guerra de un rato,
me intento engañar y me hago mayor...

Contando ovejas... ¿qué habrá sido de...?

Ya no paso las noches durmiendo a pierna suelta como antes acostumbraba. Ahora las paso con unos insomnios de aúpa que no cura ni la valeriana vía gotero. Así que visto que tengo que pasar toda la noche mirando a un techo (y menos mal que madrugo) he decidido pensar. Simplemente por el mero hecho de que la humanidad nos pasamos gran parte de nuestra vida (sería un bonito dato a saber si alguien consiguiera la cantidad de horas) sin pensar. Y puesto a darle al cerebelo, tampoco era plan de pensar en cosas absurdas (otro dato a estudiar), así que he pensado en pura filosofía. Ni clásica ni moderna, sólo la mía. Porque cada uno tiene una filosofía propia, ni Epicuro ni Aristóteles van a marcar nuestra forma de ser ni de pensar, sólo son modelos.
Vista la introducción, voy a pasar a mis temas de estudio nocturno. Pero antes, un dato, el cerebro cuando más piensa es por la noche, con los sueños, pesadillas y todo eso venido de la nada y que luego se pierde en el éter. Después de investigar sobre modelos sociopolíticos y económicos, debatir sobre el Estado y otras muchas cosas relaccionadas con la más grotesca política he decidido pensar en el pasado. ¿Por qué malgastamos nuestro tiempo pensando en un futuro, tiempo que todavía no ha llegado y que ni una mente preclara podría llegar a atisbar parte de lo que va a suceder? Así que eso, el pasado. Recordé viejos amigos y amigas. Y al pensar recordé un buen amigo que tuve hace bastantes años. ¿Qué habría sido de él? No quiero dar nombres, porque no me parece propio en un blog público, pero sí puedo decir que este chico era un entusiasta de la Física. ¿Habría llegado a conseguir sus propósitos? No lo puedo saber, porque como dije, no puedo predecir el futuro. Pero me puse a llegar más profundamente e indagué: los buenos amigos que se van, o más bien dejamos escapar, ya nunca volverán, pero volverán otros nuevos y siempre se irán renovando. Nunca podremos hablar de mejores amigos, los amigos son pasajeros debido al momento en que vivimos, pero no eternos. Siempre hay algo que los separa: normalmente la distancia. Siempre hay que luchar por un amigo, pero teniendo muy en cuenta, que esa amistad se acabará perdiendo y vertiendo en la nada. Así que, siempre se debe disfrutar de las amistades en el presente, no desperdiciarlas.
Para mí, no sé si para mis lectores, el tiempo importante es el presente, aunque siempre se pueden barajar las cartar y entrelazar los hilos del pasado.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Las colas de CORREOS y del DNI

No sé si alguna vez ha ido alguien que lea esto a echar una carta a CORREOS, pero yo sí, soy valiente y así lo he hecho. Como se trataba de un paquete más que de una carta, me ha tocado esperar cola. La cola no era de más de cinco personas en cada ventanilla, por lo que decidí ponerme en alguna al azar. Así, empezaron a pasar los minutos y las agujas de mi reloj no paraban de moverse como locas, allí seguía, media hora después, quinto de mi cola. Resulta que una señora mayor, que estaba siendo atendida, era incapaz de rellenar una serie de datos que debía tomar el funcionario (en este caso "la"). Y la señorita, tras el mostrador era "incapaz", por no decir que su espíritu de trabajo y aptitudes eran nulas, de ayudarla. Así una hora, para conseguir que la señora lo consiguiera, pero cuando ya se iba a ir, la señorita, tan observadora ella, le dijo: "Señora, esto pesa más de 4 kilos, tiene que ir a la ventanilla de al lado" Pensé: "Yo mato a alguien". ¿Por qué no me cambié de cola? Muy sencillo, porque en todas había casos similares o estaban todavía más llenas. Parece mentira que gente que ha tenido que opositar para conseguir un empleo en una empresa pública, sea tan incompetente. A los cinco minutos ya había resuelto mi papeleo, sin ayuda de la señorita, sin duda, al igual que toda la gente que por allí estaba. Pero... ¿por qué no preveen casos como el de esta señora que no sabe? Porque la gente se cree que por el mero hecho de haber sacado unas oposiciones ya no tiene que trabajar, y no es así, ese sueldo lo pagan todos los contribuyentes.
En cuanto a las colas del DNI, seré mucho más breve. Es una vergüenza que tengas que estar llamando toda una mañana sin que te nadie conteste al teléfono y que cuando te presentas allí para que te den fecha, lo hagan "como un favor personal". Además, en una ciudad pequeña, no creo que haya tanta gente que se tenga que renovar el DNI, y por tanto el estrés es mínimo. Pues me dieron fecha para un mes y pico después. Y ahí estoy esperando, con mi DNI caducado.

Krahe 2007

Vuelve el gran maestro, y ya olvidado Javier Krahe. Uno de los "tres magníficos" de "La Madrágora" con un disco que se grabará en diciembre de este año (2007, para los "afácticos", es decir, sin fecha). El disco en cuestión se grabará en octubre, digamos, el próximo mes, en el Café España de Valladolid.
Contra los que piensen que Krahe ya es un tipo mayor, puedo asegurar que lo es, pero no por ello no es original, rítmico y buen cantautor. Por lo poco que he podido escuchar (ya que poco se ha podido adelantar, aunque también querido) el disco seguirá mantiendo el estilo "Kraheiano" al que siempre nos ha tenido acostumbrados Javier Krahe. Quizá sí (y ya entro en hipótesis y cábalas mías) debería buscar nuevas formas de hacer música. Aunque si nos fijamos en Alberto Pérez, otro de los "mandragorienses", aparte del ya consagrado Sabina, los cambios no son buenos. Pero teniendo en cuenta que el panorama musical de este país no es bueno, cada canción de Krahé, cada verso o estrofa, cada palabra... vale su peso en oro.
Esperamos disfrutarlo pronto y ya iré informando si hay alguna novedad.

Microrrelatos III

Se sabe que en la antigua Grecia, los capiteles de las columnas jónicas eran muy importantes. Pero un sabio griego dispuesto a innovar intentó suprimir el capitel de las columnas del templo dedicado a Atenea. Pero al quitarlo, el templo se cayó.

Moraleja: Todas las partes son muy importantes, si suprimimos una es muy probable que las cosas funcionen completamente diferente, que no es obligatoriamente mal, pero suele serlo.

Fueron amores

Fueron amores

He colocado el mundo entre corchetes
para que supuren muertes e infancias,
robar de las mejillas dos cachetes
y poder demostrar su irrelevancia...

He puesto entre guiones la conciencia
para agrietar el sino del sentido,
raptar a Job y afanar su paciencia
y agudizar el tiempo del olvido...

He puesto al creyente punto y final
para ver en lo justo y la justicia
y llorar por un "Credo" de colores...

Nombres y nombres, algo surreal,
Sara, Sonia, Carmen, Julia, Patricia...
letras mal colocadas, pero amores...

Me matas a disgustos

Por mucho que lo intenten ocultar... es tan evidente que no todo va bien...

Me matas a disgustos


Se han apolillado los matasellos
de las cartas que dejé sin sellar
dictando a la Venezuela de aquellos,
de un remite y el huso sin cambiar...

Pasa lista san Pedro de los euros
del roto de un bolsillo a la ventana,
encuentran entre las nubes sus feudos,
guillotinan la hipoteca en Triana...

Llegan las elecciones, precampaña,
ha vuelto Gran Hermano a la existencia
si vuelve OT, ¿cómo sería el susto?

Y Madeleine de tourné por España,
cuatro vagos*, ¡abajo la exigencia!
Realidad: Me matas a disgustos.

*Se trata de esta nueva ley que la ministra de educación (tan pensadora y filosófica como siempre) quiere establecer. A partir del concepto de que con cuatro suspensos se puede pasar a 2º de Bachillerato (véase último curso o el antiguo COU equivalentemente). Así lo único que se puede conseguir es fomentar la ignorancia... pero parece ser que en este país es lo que se lleva...

domingo, 23 de septiembre de 2007

Microrrelatos II

Siguiendo con mi nuevo "hobby" (palabra muy de moda últimamente, bonito extranjerismo), ahí va otro microrrelato.

En las noches de Luna llena, los lobos bajan de las montañas a comer a las ovejas. Entonces, las ovejas creyendo salvarse, cogen la dirección inversa a los lobos, es decir, suben a la montaña. En el camino, son degolladas.

Moraleja: No siempre hacer lo contrario es lo mejor.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Microrrelatos I

Me subo al carro de los microrrelatos que tanto a popularizado gente como Gabriel García Márquez, Frank Kafka, Augusto Monterroso... Ahí voy con el primero de una saga que comienza hoy:

En tiempos ya borrosos había un galeno (médico) que curaba a la gente tan sólo citando unas palabras que nadie jamás había llegado a entender. El galeno había dicho que esperaba que nadie consiguiera averiguarlo, porque en tal caso, la medicina se arruinaría. Pero un día, un joven del pueblo, envidioso del galeno, por ser el único del pueblo, empezó a estudiarle.
Un día de primavera, éste consiguió averiguar por completo el discurso, y pronunció estas palabras delante de un ciego, prometiéndole que volvería a ver. Entonces la medicina cogió un tren y emigró a otras tierras. Jamás volvieron a saber de ella y del galeno. Todo el mundo enfermó, y como no había medicina, no consiguieron curarse.

Moraleja: La envidia es mala, especialmente la premeditada, porque lleva a resultados no deseados.

Caligrafía

¡Benditos ordenadores! ¿Por qué digo eso? Si ahora mismo usted estuviera leyendo esto sería casi incapaz de entender esto mismo que estoy escribiendo yo ahora con tanta legibilidad (¿existe esté término como tal?). No voy a entrar a valorar en letras ajenas, puesto que, como todos sabemos, la calidad de las letras está disminuyendo bastante. Antiguamente tanta caligrafía... ahora nada... de punta a punta (como cantaba la Pantoja). La letra femenina, tan redondita ella y la letra masculina tan estirada y cursiva se están perdiendo en el olvido. Y yo soy uno de sus causantes. Desde luego no soy el causante de todos lo problemas del mundo, pero sí que colaboro o por lo menos no los impido, como casi todo el mundo. Mi letra es realmente pésima, una caligrafía indigna de una persona de mi edad. Categóricamente, muchas veces asimilando la manera de expresarme que tengo, la gente no es capaz de entender el por qué de tan mala caligrafía. Es tan mala, que hasta llega a un extremo, en que ni siquiera es redonda, regular, cursiva... el prototipo de la letra de siempre. Aunque siempre algunos pensarán que es original. No se lo voy a negar, desde luego que lo es, pero no es una letra bonita, y yo siempre he pensado que la letra es algo que dice mucho de una persona. He probado ya muchas cosas, como escribir con la izquierda (¿o es que acaso jamás ninguno de ustedes ha pensado que podía tener la mano cambiada?), cuadernos de caligrafía... nada... mis manos son un simple ornamento. Dedos alargados, capaces de puntear bien una guitarra, palma de la mano no excesivamente grande si la comparamos con mi altura... unas manos bonitas, pero poco prácticas. Igualmente, tampoco me importa, aunque no sé si debería tranquilizarme que las letras actuales también hayan caído en picado como la mía. Me miro al espejo de mi letra y comparo con otras letras ajenas y veo un reflejo símil. Sí, así es. Se ha perdido el trazo bonito y elegante al que los antiguos maestros nos tenían acostumbrados. Parte de esto, lo hace el estrés, el querer escribir más rápido de las posibilidades propias de uno mismo. ¿Por qué escribimos tan rápido? Realmente sólo sirve para ahorrarnos unos pocos segundos, quizá escasos minutos, pero en los que no nos da ni tiempo a replantearnos lo que queremos escribir o a racionalizar lo que estamos transcribiendo. Una mente en blanco no es nada.
Desde este blog, si me lee algún padre, me gustaría que ayudase a su hijo con la caligrafía, y no cayese en el mismo error en el que he caído yo. Ahora, a mi edad, es bastante improbable que esta letra vaya a mejorar, por lo tanto, tendré que llegar con ella a la tumba (afortunadamente es el notario el que escribe el testamento, sino se iban a armar un cacao... sería interesante ver a todos los familiares intentando averiguar lo que pone el testamento sin lograr descifrarlo y acabando todo aquello en una batalla campal... y ahora que me doy cuenta, ¿eso de los testamentos no es algo ya demasiado arraigado y tribal? Bueno, creo que me he salido del tema, y este paréntesis es demasiado extenso, corto y cambio).
Por una cruzada por la caligrafía.

Vamos a peor

La parte legible del matasellos,
valor estimado: medio doblón,
aquel "don gratuit" del francés plebeyo,
taquigrafía y color azulón...

El lacre que cubría un pergamino
ajado y agrietado de miradas,
documento de un reflejo adivino
y el estraperlo en docenas y nada...

El diezmo al clero de "quelque invisible"
se convierte en transparente a lo ojos
e incoloro a las pupilas del oro,

¿Viene la hacienda de algún bien tangible:
del sueldo de un ministro y un despojo?
La réplica de siempre sin tesoros.

martes, 18 de septiembre de 2007

Enseñanza para rebuznar mejor

Tras la reciente reforma que pretende aplicar nuestro distinguidísimo presidente, don José Luis Rodríguez Zapatero, con ayuda de su ministra de educación, creo que todos los jóvenes españoles aprenderemos a cultivar mejor la lenteja. ¿Por qué digo esto? Muy sencillo. Centremos la mente en un estudiante de Primero de Bachillerato, al que al final de curso le quedan cuatro asignaturas, y es incapaz de aprobarlas en Septiembre. Pues bien, dicha reforma, desde luego digna de inteligencia supina, promueve que se pudiera pasar con esas cuatro suspensas. Algo que haría, desde luego, bastante fácil el ir a la Universidad. También la ilustradísima ministra, promueve poder quitar esas suspensas del historial, y no tener que examinarse jamás de ellas, por lo tanto, pasar "limpios" al siguiente curso. Si nos ponemos a pensar, no sólo por la injusticia contra aquellos que han aprobado en todas las asignaturas, sino también por lo descabellado de la idea. Pongamos que hay nueve asignaturas, de hecho las hay, y cuatro suspensos es práticamente un cincuenta por ciento... ¿Tienes que suspender más del cincuenta por ciento de un curso para no pasar? Así, creo, que será mejor dar un diploma por el módico precio de veinte euros, accesible para todos.
Así está nuestra educación, nunca había ido bien, pero ahora va peor... ¿queremos hacer un país de ignorantes? Porque aún recuerdo cuando un chico holandés se me puso a hablar en inglés. El chaval en cuestión tenía 12 años y hablaba inglés casi a la perfección. Debido a que mi nivel de inglés es bastante aceptable, digamos medio-alto, nos entendíamos bastante bien, pero incluso es innegable, que aquel mozalbete, tenía mejor que yo. Pero entonces, dejé al muchacho hablando con un jovencito de dieciocho añazos (que de jovencito con esa edad, un poco justo...) y al poco rato tuvo que volver, con la cabeza como un bombo, porque no entendía absolutamente nada... así estamos en algo tan básico como los idiomas... Geografía... pues otro tanto parecido... mandarme Antequera a Huesca, Mérida a La Rioja y Pola de Siero a Almería, es realmente muy triste, como decir que Alfonso I era hijo de Alfonso cero... Y lo peor, es que creemos saber más de lo que sabemos. Eso sí, en cosas tecnológicas creo que somos los mejor preparados de la unión europea, pongamos por ejemplo la asignatura de Tecnología, ¡vaya mamotretos que hay que preparar! Suerte que están los padres... lo mismo en dibujo... pero es normal, exigen más de lo que deben, mientras que en el resto es por defecto...
Como digo, estamos criando un país de asnos...

¡A pagar!

Resulta curioso, contra todo pensamiento lógico y también ilógico, que Moscú sea la ciudad más cara de Europa (y está por demostrar si del mundo...). Queda en entredicho el precio de ciudades como Madrid, Londres, París... famosas por ser las capitales europeas más caras. Pero sí, esta ciudad rusa, en la que, por ejemplo, un café cuesta tres euros, quinientas de las antiguas pesetas para los que aún nos regimos por ahí o un libro cuesta cuarenta euros, casi siete mil de las antiguas pesetas, contra toda lógica, es la más cara de nuestro continente (Continente que ahora se llama Carrefour, siempre hay notas para el humor...). Pero el problema no ese. Los rusos, una población acostumbrada a los problemas, desde los zares que reinaban con una monarquía absoluta, por no llamarlo dictadura al no tan lejano comunismo leninista. Pero ahora, tras la caída del muro de Berlín, y no por ello con el fin del comunismo, porque jamás se erradicará, parecía que la tranquilidad y el bienestar volvían a Rusia. Bastante más lejana es la realidad, los precios son tan altos y los sueldos tan bajos (aproximadamente, unos trescientos euros, y suponiendo que el alquiler de la casa cuesta entre cientocincuenta y doscientos... ya me contaréis), los rusos tienen que buscarse hasta cinco trabajos, que al ritmo diario, apenas les deja tiempo para dormir.
Así que, puede que a partir de ahora, cuando Madrid, que es la ciudad que nos queda más cercana, y puedo asegurar que un café no me ha costado más de un euro con veinte y un libro más de veinticuatro euros, nos parezca caro, pensemos en el problema ruso.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Nos han robado las doce

Se van oxidando los engranajes
de aquel cuco herculeano y tan grotesco,
son alfeñiques de sombra y encaje
que retrazan sus finales funestos...

Y recurrir a tiempos más épicos,
un sincero pésame al minutero...
que se desgarra en tic tacs poéticos
y hace llorar de rabia al relojero...

Han secuestrado ayer la madrugada,
se ha extraviado el zapato perdido
mientras nos amenazan con sus hoces...

Peter Pan en el país de las hadas,
un presuntuoso del que ha envejecido
porque alguien nos ha robado las doce...

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Sarita

¿Quién no ha tenido nunca un amor? Algunos fugaces, otros más duraderos. Pero realmente el amor no es eterno (tal vez afortunadamente). Recientes estudios demuestran (y recuerdo que hay un reciente libro, del que no recuerdo ni libro ni autor, intentaré documentarme...) que el amor no dura más de 5 ó 7, más o menos el tiempo que he calculado yo que se tarda en criar y tener a la prole... Ahí vamos con un soneto amoroso:

Sarita

Esta es Sarita, mi luz de Bohemia,
tu roce en el portal, gloria divina,
enroscado, mordisco de una tenia,
tus besos, el alcohol de una cantina...

Esta es Sarita, mi "Menina" rubia,
terrón de azucar, deshecho en la boca,
Sol naciente, salido de la lluvia,
sirena del mar, varada en la roca...

Esta es Sarita, bolero y Rabel,
la batalla, convertida en almohadas,
un libro, latino, en letra cursiva,

el recuerdo, imborrable del hotel,
el sueño, ahogado en jarras almizcladas,
y el morir en tus caricias sin IVA...

martes, 4 de septiembre de 2007

Hoy se termina el mundo

Un soneto retrato del mundo que estamos creando con acciones impensadas (porque no me cabe la menor duda de que es así), y anunciando las consecuencias de las semillas de malas hierbas que estamos sembrando sin que, por ahora, nos importe.

Hoy se termina el mundo


Hoy bramen los maitines de Antequera,
dulces sueños de nostalgia repintada,
caprichos de las noches sin frontera,
hoy lloran los alivios de tu almohada...

Hoy sabor de tabasco en cada beso,
brillos de la Luna en cada cortina,
espadas de carmín de cada preso,
hoy muere la mañana en cada esquina...

Hoy el Apocalipsis no es leyenda,
salitre cubre muertes de ornamento,
la fruta de la pasión no tiene pulpa...

... las meigas que ciegan con una venda,
un crimen que se empapa de lamentos:
hoy se termina el mundo por mi culpa...

Lápiz de labios

El amor... ese sentimiento que a veces nubla la vista de hasta "el tío más duro" (apreciativamente, diría yo que expresión algo incorrecta), pero cuando se trunca puede ser el mayor de los sufrimientos. Y yo me pregunto, ¿es necesario? Otro soneto:

Lápiz de labios

Miscelánea de tabúes de angora
y cuero negro en aquellos tresillos,
Y me cuestiono: ¿Qué hacemos ahora,
que en tus ojos se ha marchitado el brillo?

Marionetas de trapo y porexpán,
y vida en la entrada que se termina,
Y me cuestiono: ¿Ahora dónde están
los besos y tu lengua de turbina?

Muebles de caoba y nuevo milenio,
arcón lacio de piedras vietnamitas,
y quizá no me cuestiono y me enrabio...

...y tanto tengo y nada, puro ingenio;
me falta esa mujer, la dinamita,
y aquel color de su lápiz de labios...

Animales nocturnos

El paso del tiempo es algo notable en los hombres (y las mujeres, que con esto del feminismo, uno ya no sabe cuando se está faltando al respeto). He aquí un soneto dedicado al paso del tiempo, que tanto influye en nuestras costumbres. "¡Qué añoranza la juventud!..."


Animales nocturnos

Un adiós encerrado bajo llave,
preso del inocuo paso del tiempo,
sin dejà vu ni rotura de claves
que se oxidan con el roce del viento...

Seguimos prometiendo madrugadas
a la Luna cuando vuelve de fiesta,
tejiendo las historias de gnomos y hadas
y más que bien, todo por una apuesta...

Cantando por las calles de Madrid
e incumpliendo todas esas promesas:
las que hicimos en un juego por turnos...

El só del reloj ya no es nada motriz
y siempre nos pillan esas sorpresas,
ya no somos animales nocturnos...