martes, 18 de septiembre de 2007

¡A pagar!

Resulta curioso, contra todo pensamiento lógico y también ilógico, que Moscú sea la ciudad más cara de Europa (y está por demostrar si del mundo...). Queda en entredicho el precio de ciudades como Madrid, Londres, París... famosas por ser las capitales europeas más caras. Pero sí, esta ciudad rusa, en la que, por ejemplo, un café cuesta tres euros, quinientas de las antiguas pesetas para los que aún nos regimos por ahí o un libro cuesta cuarenta euros, casi siete mil de las antiguas pesetas, contra toda lógica, es la más cara de nuestro continente (Continente que ahora se llama Carrefour, siempre hay notas para el humor...). Pero el problema no ese. Los rusos, una población acostumbrada a los problemas, desde los zares que reinaban con una monarquía absoluta, por no llamarlo dictadura al no tan lejano comunismo leninista. Pero ahora, tras la caída del muro de Berlín, y no por ello con el fin del comunismo, porque jamás se erradicará, parecía que la tranquilidad y el bienestar volvían a Rusia. Bastante más lejana es la realidad, los precios son tan altos y los sueldos tan bajos (aproximadamente, unos trescientos euros, y suponiendo que el alquiler de la casa cuesta entre cientocincuenta y doscientos... ya me contaréis), los rusos tienen que buscarse hasta cinco trabajos, que al ritmo diario, apenas les deja tiempo para dormir.
Así que, puede que a partir de ahora, cuando Madrid, que es la ciudad que nos queda más cercana, y puedo asegurar que un café no me ha costado más de un euro con veinte y un libro más de veinticuatro euros, nos parezca caro, pensemos en el problema ruso.

No hay comentarios: