Animales nocturnos
Un adiós encerrado bajo llave,
preso del inocuo paso del tiempo,
sin dejà vu ni rotura de claves
que se oxidan con el roce del viento...
Seguimos prometiendo madrugadas
a la Luna cuando vuelve de fiesta,
tejiendo las historias de gnomos y hadas
y más que bien, todo por una apuesta...
Cantando por las calles de Madrid
e incumpliendo todas esas promesas:
las que hicimos en un juego por turnos...
El só del reloj ya no es nada motriz
y siempre nos pillan esas sorpresas,
ya no somos animales nocturnos...
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